Me presento…
Soy Alejandra Castillo. Nací en la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires, el primer día de un mes de junio. ¿Será por eso me gusta tanto el invierno? Quién sabe. Lo que nunca estuvo en dudas es que quería estudiar periodismo para trabajar en un diario, como ése que leía todos los días, desde chica.
Llegué a La Plata con 17 años y fue amor a primera vista, como la confirmación de que la carrera que había elegido no se limitaba a un sueño infantil. Recibida de Licenciada en Comunicación Social en la UNLP, me sumé al diario Hoy justo cuando lanzaba el suplemento de noticias policiales Trama Urbana.
La nena que leía crónicas rojas y cuanta novela del género caía en sus manos, creyó tocar el cielo con las manos.
Fui la jefa de ese suplemento por más de una década, hasta que me convocaron del diario El Día para sumarme a la misma sección. Acepté el desafío y también estuve a cargo de Policiales hasta 2021, cuando sentí que era momento de empezar a transitar caminos nuevos. Y el té tuvo mucho que ver (o casi todo) con esa decisión. Es una de las razones de que mi emprendimiento se llame Plan Té, como un plan de vida.
¿Cómo surgió esa idea? En un viaje que hice a España para recorrer un tramo del Camino de Santiago. Consumidora asidua de tés, sobre todo de blends, en la ciudad de Gijón entré a un tea shop sin imaginar que un movimiento tan casual terminaría por torcer mi destino. La chica que estaba del otro lado del mostrador me mostró hebras de distintas variedades, algunas de las cuales ni siquiera sabía que existían, mientras yo me descubría deseando estar donde ella estaba, hacer lo que ella hacía y saber más de ese mundo que se me presentaba tan desconocido como maravilloso.
En la ciudad de Gijón entré a un tea shop sin imaginar que un movimiento tan casual terminaría por torcer mi destino.
Apenas volví a Argentina empecé a averiguar dónde podía aprender y di con los mejores: El Club del Té. Es que justamente por esos días su presidente, Victoria Bisogno, había participado de una edición de En El Camino (cualquier conexión con Santiago y lo que había vivido es pura casualidad).
Mi puerta de entrada fue el curso de Introducción al Té. Y no se cerró más. Llegaron luego el de Sommelier Internacional de Té, el de Tea Blender, el máster en análisis sensorial y un largo etcétera, hasta que me sumé al equipo de embajadores del Club del Té.
Desde entonces he realizado catas diseñadas por su equipo y degustaciones con mi marca de té en distintos espacios de La Plata.
En el último tiempo me lancé a realizar mi propia línea de blends y eventos para empresas y privados que quieren homenajear a los suyos con tardes de té.
El proceso es el camino y en eso estoy.
¿Lo caminamos juntos?